Mi gatita fue adoptada,
la cuido con mucho amor,
nació mal, y fue salvada:
y su vida se recuperó.
Ella cumple su misión,
sabe jugar y cazar,
y su actitud reflexiva
relaja, da tranquilidad.
Yo me siento compensada
acompañada y feliz,
con mi gatita preciosa
que ronronea junto a mi.
La mirada agradecida
de sus lindos ojos verdes,
responde a mi dedicación
con caricias y lealtad.
Mª Dolores Galera.
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